Una simple cocina. Uno de los elementos habituales en cualquiera de nuestras casas, se convierte en el eje de este proyecto. El objetivo es ambicioso: mejorar las condiciones de vida de los habitantes de una zona del Perú, evitando graves problemas de salud.
Esta cocina forma parte de una tradición de estudio y mejora de elementos para la habitabilidad básica, una aportación más al cuerpo metodológico que se ha ido formando a lo largo de los últimos cuarenta años en el campo de la cooperación al desarrollo.
El convencimiento de Arquitectos Sin Fronteras de Castilla y León sobre la necesidad de promover este tipo de proyectos sin contar con recursos públicos es todo un desafío y un grito de esperanza. Y la línea de trabajo, de casi veinte años, denota una tendencia cada vez mayor hacia el interés por el detalle y por la aproximación a las necesidades reales de la población.
Juhani Pallasmaa habla de "una arquitectura de la humildad" para referirse a la responsabilidad social que la arquitectura tiene en estos momentos y del valor de las soluciones técnicas desde una postura cercana a los habitantes. Creo que el trabajo de investigación, desarrollo, seguimiento y compromiso del proyecto de la cocina Magdalena merece, desde esta perspectiva, la consideración de "gran arquitectura".
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